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La UCV como experiencia sensorial

La relación del hombre con la luz y la oscuridad está íntimamente vinculada con las experiencias vividas. Existe todo un universo de posibilidades espaciales que puede surgir con el manejo estos dos elementos particulares: luz y sombra, no existe una sin la otra. La verdadera esencia de ambas se adquiere del contraste mutuo.

La manipulación de la luz puede hacer de un recorrido arquitectónico una experiencia sensorial que parte de la mirada de quien lo vive. Desde un punto de vista técnico, la vista nos permite grabar imágenes en la mente; sin embargo, lo que las hace inolvidables son las emociones que produjeron en su momento. El arquitecto debe ser capaz de conmover, transformar esas experiencias y actuar con sensibilidad al momento de diseñar.

Las referencias visuales de este artículo hacen énfasis en la arquitectura del trópico. Un ejemplo de una de las obras arquitectónicas más importantes de Venezuela es la Universidad Central (fundada en 1721) y declarada patrimonio en el año 2000, es una de las construcciones más significativas de Carlos Raúl Villanueva. Según Le Corbusier la arquitectura debe representar el “juego sabio, correcto y magnífico de las formas reunidas bajo la luz” y la obra de Villanueva es un claro ejemplo de esta premisa.

La composición de muros calados, con conexión directa al exterior, surgen como filtro de la luz natural; generando espacios con sombras singulares en el interior del edificio, integrando al observador en un escenario lleno de contrastes.